Son un plato típico de Montopoli de Sabina donde a veces, hecho en una única porción, asume una forma mas grande y se lamma “raviolón a la montopolese”. Los ravioles con el requesón son también una especialidad de Borgorose donde, en lugar de la nuez moscada, se prefiere una pizca de canela.
Se prepara la masa al huevo y se estiran hojaldres sutiles. En una vasija verter el requesón y, con el tenetor, desatarlo bien hasta hacerlo volver como una crema. Condimentarlo con huevos, queso de oveja rallado, sal, pimienta, una pizca de nuez moscada y una rociada de perejil finamente triturado. Mezclar bien todo. Sobre el hojaldre – que tendrá que ser utilizado inmediatamente, sin dejarlo secar – disponer tantos montonitos de requesón un poco distanciados el uno de lo otro. Replegar sobre ellos el hojaldre haciendo bien adherir los bordes y con la ayuda de un vaso de vino volcado, cortar los ravioles que tendrán que ser iguales a la mitad de la boca del vaso. Es decir redondeados solo de un lado. Cocer los ravioles en agua hirviente y salada, escurrirlos con un cucharon agujerado, ponerlos en un plato oval, condimentarlos con una buena salsa de carnes mixtas y riciarlos con queso de oveja rallado o mezclado con el parmesano. Servir calientes.
|