En una cazuela o en una ollita poner a rehogar el ajo, entero o en pedazos según los gustos, en mucho aceite de oliva. Cuando se ha vuelto rubio añadir los espárragos limpiados, lavados y cortados en pedazos de tres o cuatro centímetros. Salar y sazonar con pimienta. Dar un poco de sabor a los espárragos en el aceite, luego añadir el tomate. Componer de sal, si es necesario. Dejar hervir la salsa poco a poco, a fuego bajo.
Con esta salsa condimentar las pastas cocida en agua hirviente y salada, y escurrirla no muy cocida. Servir caliente y recordar que este plato no quiere queso.
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